Museo de pasos de la Semana Santa de Bilbao

Un asunto recurrente a lo largo de la historia de la Semana Santa bilbaína ha sido el conseguir un lugar para guardar los pasos procesionales. En 1.683 el Ayuntamiento de la Villa dicta una orden, para que en el Hospital de los Santos Juanes se realizaran dos nichos para poder guardar los pasos de la Vera Cruz. En 1.893, ante las obras que el ayuntamiento realizó en el hospital de Atxuri se constuyó un humilde local en la calle Ollerías Altas para guardar los pasos. En 1.919 pasaría a conservarlos en una nave que se encontraba en la Avenida de Miraflores, en la carretera de salida hacia San Sebastián, un lugar apartado que no reunía las condiciones necesarias para su exposición y correcto mantenimiento

En 1.949, el Párroco de los Santos Juanes, elevó a la presidencia de la comisión mixta municipal-provincial un escrito, solicitando el antiguo Hospital de Atxuri para la creación de un museo donde conservar los pasos. Nada se consiguió ese año ya que al antiguo Hospital se le daría otro uso.

En 1.974 se solicitó al ayuntamiento la parte baja del Colegio Nacional de Urazurrutia para que acogiera el museo, la respuesta tampoco fue favorable debido a que se iban a instalar allí secciones escolares y comedor.

En el año 1.993 llega comunicación a la Cofradía de la Vera Cruz de que el caserón que poseía en Miraflores era expropiado, para llevar adelante un nuevo proyecto de urbanización en la zona.

La Junta Directiva de la Vera Cruz pone el ojo en un edificio abandonado en el Casco Histórico, que puede reunir las condiciones necesarias de volumen y capacidad, como para albergar las instalaciones del museo ,aunque necesitaba una costosa reforma integral. El edificio fue construido en origen por la Diputación de Bizkaia como alhondiga y depósito franco de bebidas espirituosas, después fue almacén de carbón, hasta que quedó abandonado y en ruinas.

Para su adecuación, la cofradía de la Vera Cruz aportaría el liquido resultante de la expropiación del caserón de Miraflores y el resto del importe fue sufragado a partes iguales entre el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación Foral de Bizkaia. El museo, por expreso deseo de la Cofradía de la Vera Cruz, se pondría a nombre de la Hermandad de Cofradías Penitenciales, para que pudiese servir de proyecto común de toda la Semana Santa bilbaína, albergando en su interior la totalidad de la riqueza histórico-artística que poseen las cofradías bilbaínas.

En el año 1.997 se hizo entrega del edificio y se trasladaron allí los pasos de la Semana Santa bilbaína. Hubo que esperar hasta el año 2.001 en que, tras unas obras de adecuación museística realizadas por la Hermandad de Cofradías, el museo de la Semana Santa pudo ser abierto al público.

Consta de dos plantas, en la planta baja hay una sección dedicada a las cofradías donde se exponen sus hábitos, enseres y diversos objetos de culto, otra sección donde se guardan las andas de las imágenes que reciben culto en las iglesias, y una sala de conferencias. En la planta superior se encuentra el verdadero tesoro del museo, todos los pasos de misterio que participan en la Semana Santa de Bilbao, con piezas de autores de renombre y con una antigüedad que va desde el S. XVIII hasta la actualidad.

El museo de Pasos recibe unas 20.000 visitas anuales y organiza diversas exposiciones temporales, siendo la más relevante la que tiene lugar en navidad, con el montaje de belenes por parte de la Asociación de Belenistas de Bizkaia.

 

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