El paso del Prendimiento es atribuido a Raimundo Capúz, quien lo realizaría hacia el año 1.705.

Son tres las escenas que se plasman, la central y principal la ocupa la figura de Cristo elevando sus ojos y brazos hacia lo alto en busca del consuelo y amparo que no encuentra entre sus discípulos. Es empujado y acompañado por dos romanos siendo iluminados por un niño con la tea, que en cierta manera proyecta la dirección del movimiento de estas figuras. En el extremo opuesto, de manera oblicua al niño y a modo de contrapeso, se encuentra la figura de Judas con la bolsa, pago de su traición, huyendo en sentido contrario. Si bien el paño/capa que cubre esta figura no destaca por su naturalismo si llama la atención el escorzo violento en el que se encuentra la imagen de Judas. La última escena la componen Sª Pedro con su cuchillo en el momento en que se dispone a cortar la oreja de Malco que esta agachado. Es la composición de mayor viveza en los gestos y ademanes de todas las figuras, en las que podemos contemplar como el escultor ha sabido mantener esa tradición de expresión y patetísmo de las tallas castellanas.

En 1.943 sufre una seria reforma realizada por José Larrea en la que se aprovecha todo lo bueno que quedaba del paso original, realizándose algunos nuevos trabajos de talla que corrigiesen lo que había de defectuoso, cambiándose lo antihistórico y antiestético, saliendo corregido de la restauración realizada.

Este paso se procesiona en la magna Procesión de la Santa Cena, la tarde de Jueves Santo.

 

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