Este paso procesional fue realizado por Raimundo Capuz en 1.717 y representa a Cristo, portando la Cruz sobre su espalda, camino del Calvario. Le ayuda Simón de Cirene, que soporta la parte posterior de la Cruz. Dos sayones completan el conjunto: uno que porta una lanza, y otro que toca una trompa.

Cuatro son las imágenes de este paso. En el centro se encuentra la talla que representa a Cristo. Raimundo Capúz consigue plasmar perfectamente la sensación de desfallecimiento propios de la escena. Vestido con una túnica roja, y encorvado por un peso que no puede soportar, Cristo implora clemencia, que expresa dramáticamente su rostro. Tan sólo la ayuda de Simón de Cirene, que camina tras El, le sirve de apoyo en este momento de la Pasión.

El modelado de estas imágenes es ricos en pliegues. Junto a ello, la composición en diagonal, marcada por la Cruz en sentido descendente, acreditan de un modo inequívoco que nos encontramos ante una obra netamente barroca correctamente lograda.

Una tercera figura, que toca la trompa completa el conjunto. Este sayón anuncia con sus toques el paso del Nazareno. El costumbrismo bilbaíno ha prestado atención a esta figura, hecho recogido por Miguel de Unamuno en sus Memorias. Recibe el apelativo de "Frakagorri", debido al el color rojo de sus pantalones.

La última figura es un sayón, que porta una lanza. Como es común en los pasos históricos, su indumentaria, más propia de la España del siglo XVIII que de la Roma del emperador Tiberio, ofrece visos de anacronismo. La lanza apuntada hacia el cielo alcanza una altura semejante a la del travesaño horizontal de la Cruz, aportando armonía al conjunto.

Es uno de los pasos de misterio más antiguos de la Semana Santa bilbaína, constando en el inventario de bienes de 1732, devueltos por el Ayuntamiento de Bilbao a la Cofradía de la Santa Vera Cruz una vez que ésta regularizó sus reglas ante la autoridad eclesiástica. Dada su antigüedad e interés artístico, este paso ha sido restaurado en varias ocasiones, la última el año 2004. Indudablemente, por su calidad y valor histórico, es una de las joyas de la procesión del Santo Entierro.

Este paso participa en la magna Procesión del Santo Entierro, la tarde de Viernes Santo.

 

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